Ménerbes - Pueblo típico de Provenza
El pueblo
En el Parque Natural Regional de Luberon, el pequeño pueblo de Ménerbes parece estar totalmente integrado en el paisaje tranquilo y salvaje. Es un pueblo rodeado de viñedos y vegetación donde la vida es buena, y donde el ambiente de vida nunca ha dejado de atraer a los visitantes, tanto anónimos como artistas reconocidos. Ménerbes está situado en la cima de un pico rocoso con vistas al Luberon, lo que le permite tener una magnífica vista sobre el campo y los viñedos circundantes. Junto con Gordes y Roussillon, este pueblo está clasificado entre los más bellos de Provenza y Lubéron. Es que el lugar no carece de encanto, sino todo lo contrario.
Las calles estrechas revelan plazas y mansiones del siglo XVIII, así como numerosos vestigios de su rico pasado histórico. Las antiguas casas han sido restauradas y atestiguan la posición de la nobleza en el pasado.
Historia de Ménerbes
Los primeros restos de Ménerbes datan de mucho antes de la época romana. Un ejemplo de esto es el Dolmen de la Pichouno, único en el Vaucluse, que atestigua que el lugar ya estaba habitado en la prehistoria. También se han descubierto restos de villas y un antiguo cementerio que datan de la época romana.
Otro vestigio ineludible: la Abadía de Saint Hilaire. Este antiguo convento carmelita del siglo XIII combina la arquitectura románica con el estilo gótico. Su particularidad es que la abadía es parcialmente troglodita. También se pueden observar las dos antiguas puertas de la ciudad: la de Saint Sauveur y la de Notre Dame.
Más tarde, en el siglo XVI, gracias a sus fortificaciones y a su ciudadela, la ciudad adquirió la reputación de ser inexpugnable. Pero durante la guerra religiosa, los protestantes asediaron con éxito la ciudad y la convirtieron en la capital del protestantismo durante 5 años. Soportaron el asedio de las tropas del Rey y del Papa, pero, agotando las reservas, finalmente liberaron la ciudad.
A principios del siglo XX, muchos pintores, músicos y escritores como Picasso, Clovis Hugues o Nicolas de Staël, dieron al pueblo una identidad artística.
La ciudadela de Ménerbes acoge también el pintoresco museo de los sacacorchos, que reúne más de 1.000 modelos de este instrumento esencial, inventado por un francés en el siglo XVII.
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Como todos los pueblos provenzales, Ménerbes es muy agradable. Se puede pasear por las calles de piedra, almorzar en uno de los restaurantes de la parte baja del pueblo antes de jugar a la petanca con los habituales.
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