Uno de los parques más bellos de Marsella
Uno de los espacios verdes del centro de la ciudad, este majestuoso parque situado en el corazón de Marsella no deja indiferente a nadie. Ocho hectáreas de espacios verdes, museos, arquitectura suntuosa, el Palais Longchamp no falta de atractivo y encanto. Es uno de los monumentos más bellos de Marsella.
Dependiendo de si uno se acerca desde el Boulevard Longchamp o desde el otro lado del Boulevard du jardin zoologique, la experiencia es diferente. Si es su primera visita, la entrada al Boulevard Longchamp es la más impresionante. De hecho, el palacio domina el Boulevard Longchamp con sus orgullosas estatuas y sus majestuosas fuentes.
Una joya arquitectónica
El edificio, creado para celebrar la llegada del agua por el Canal de Marsella, valoriza este elemento a través de su arquitectura y composición. El problema del agua ha sido durante mucho tiempo un problema importante en Marsella. El 8 de julio de 1947, las aguas llegaron a la planicie de Longchamp desde el Durance. Como resultado, toda Marsella se transformó. En esta ocasión, el arquitecto Henry Espérandieu (a quien debemos la Basílica de Notre-Dame de la Guardia en particular) elaboró un ambicioso proyecto que incluía una fuente monumental rodeada de dos alas igualmente imponentes. El ala izquierda alberga el Museo de Historia Natural, que alberga muchas curiosidades del siglo XVIII, mientras que el ala derecha alberga el Museo de Bellas Artes, que conserva pinturas y esculturas de los siglos XVI al XIX. ¡Es el museo más antiguo de Marsella! Está abierto desde 1801.
Dos escaleras pasan junto a la fuente y permiten acceder a los museos, pero también a los tres jardines del otro lado. El jardín "du plateau" fue inaugurado en 1896. En su sótano dos salas servían de depósito para el agua del Durance antes de ser redistribuida en la ciudad. El " Jardín de l'Observateur" fue construido en 1863/64. El observatorio ya no se utiliza para la investigación científica, sino que sirve de museo astronómico con instrumentos que datan del siglo XIX, al igual que la cúpula del telescopio. Una sala de exposiciones alberga también el telescopio de Foucault. Hoy en día, el sitio es administrado por una asociación que organiza eventos y conferencias sobre estos temas.
El Palais Longchamp y sus jardines
Finalmente, el "jardín zoológico", inaugurado en 1854, refleja la pasión del Segundo Imperio por el exotismo, que fue la gran época del zoológico. Víctima del descontento público, cerró sus puertas en 1987, pero sigue exponiendo sus vestigios. Las jaulas abandonadas y otros pozos nos recuerdan que hubo animales no hace mucho tiempo. También fue una oportunidad para observar las condiciones precarias de vida de los animales, que sólo disponían de unos pocos metros cuadrados. Pasear por allí sigue siendo muy agradable, muchos elementos como un quiosco de música (desde 1888) nos recuerdan la agitación que debió haber prevalecido en su momento. También merece la pena visitar el "pabellón de las jirafas", que simboliza a Zarafa, una jirafa ofrecida como regalo por Méhémet Ali a Charles X, un entusiasta de la zoología. La jirafa permaneció en tránsito en la ciudad Foceana en invierno antes de llegar a la capital en primavera. El pabellón construido de estilo oriental es una curiosidad que merece una visita. Si el zoológico es una inteligente mezcla entre un jardín de tipo "pintoresco" e "inglés", el de "le plateau", diseñado por Espérandieu, es bastante típico del estilo francés.
Hoy en día, la gente de Marsella viene aquí en busca de un poco de paz y tranquilidad durante una pausa a la sombra, mientras que los turistas caminan por sus senderos con los ojos bien abiertos frente a majestuosidad que refleja toda la belleza de la historia de Marsella.
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